La creatividad; ¿se nace con ella o se puede aprender?

En el departamento financiero de Danone se detectó un problema: los informes que elaboran periódicamente no se leen porque la cantidad de cifras, gráficos y tablas los hacen poco atractivos. Por otro lado, en la compañía Gillette, las reuniones se alargaban tanto que el tiempo de trabajo se reducía a los ratos entre reunión y reunión. ¿Qué tienen en común ambos problemas? Posiblemente que su solución pasa por aplicar medidas creativas e innovadoras. Para conseguirlo, “el punto de partida es preguntarse las cosas de una manera distinta a la de siempre, porque si hacemos siempre las mismas preguntas, llegaremos siempre a las mismas respuestas, y así es imposible innovar”, explica Philippe Delespesse, socio fundador de Inteligencia Creativa, una consultora que ayuda a gestionar la creatividad de las empresas.
 

Una apuesta de las grandes compañías

A pesar de que la gestión de la creatividad puede aportar grandes beneficios, la inversión económica que suponen este tipo de servicios son un freno para la pequeña y mediana empresa.

El coste de una formación de dos días para 40 personas puede rondar los 15.000 euros

Hasta ahora, las compañías que han apostado por estos métodos son grandes multinacionales o grupos empresariales como Chupa Chups, Coca Cola, Pepsico, Planeta, Danone o Matutano, entre otras.

Para hacernos una idea, Una sesión de formación de dos días para un departamento de 40 personas tiene un coste aproximado de 15.000 euros; por 6.000 euros adicionales, también se puede formar a un grupo de “formadores” internos de la empresa. Pero las cantidades pueden ascender todavía mucho más. Inteligencia Creativa ha recibido el encargo de una gran farmaceutica para formar a 300 trabajadores, en un plan que durará más de un año y medio, y que le costará a la empresa un total de 100.000 euros.

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